Cuando tomé, en abril de 1.976, la Dirección de la Organización y de la Informática de Poclain, encontré en el mismo lugar una informática tradicional, un equipo de cerca de cien personas, un ordenador IBM grandioso, y una veintena de pantallas en los servicios. Todo era un poco apagado y clásico, sin embargo, por lo menos dos aplicaciones originales y avanzadas : El control de las operaciones en el taller con terminales IBM 1.030 fichas perforadas, y el sistema de mensajería télex Pogam entre los que 64 terminales a cintas perforadas, bien repartidas en los servicios y las fábricas ya le daban a Poclain un medio fantástico de comunicación interna y externa, formidable instrumento para las relaciones con nuestros clientes, nuestros proveedores, nuestros agentes y nuestro personal.

Durante mis dos primeros años en Poclain, hice tres cosas que me parecen hoy fundamentales : tengo « Informatizados los informáticos », Difundí la cultura informática entre los usuarios, creé antes de la hora una Dirección de los Sistemas de Información. En la misma época, introduje el procesamiento de textos (sin los micros que no existían), las primeras impresoras a laser, la mensajería electrónica que debía suceder a Pogam, los autoconmutadores telefónicos 3.750 y 1.750, primeros ladrillos de una red privada de comunicación sobre la cual ya transmitíamos la voz, los datos y a veces los primeros planos que nuestros equipos recientes de CAO les permitían a nuestras Oficinas de Estudios producir. Todo esto precisando que durante los siete años que estuve en Poclain, el presupuesto anual de la informática no aumentó más rápidamente que la inflación. Tengo siempre placer, para ilustrar el nivel fantástico que había alcanzado Poclain en el control y la explotación de sus instrumentos informáticos, al contar la anécdota siguiente :
« Una vez por mes, el Comité de Dirección Palas, se reunía en la oficina del Director general, alrededor de su pantalla gráfica colorada, para revisar el plano anual de producción de las palas con arreglo a las nuevas informaciones comerciales y teniendo en cuenta limitaciones de todos los directores presentes. El Director comercial tecleaba sobre la pantalla su plano de venta, ventilado por el mes, por el país y por el modelo; debatíamos de eso, luego el Director de Logística calculaba las nuevas existencias de productos acabados, palas y equipos, que el Director Financiero valorizaba en tiempo real para decirnos si podíamos soportar el coste. El Director Industrial pasaba entonces sus dos modelos para determinar si tenía bastantes piezas a largo plazo y sobre todo la capacidad mano de obra, o debía subcontratar. Y empezábamos de nuevo hasta la aprobación general. Cuando estábamos totalmente de acuerdo, el Director general validaba el nuevo plano sobre su teclado. Este gesto simple ponía en marcha entonces la serie de los trabajos informáticos de noche: explosión de las nomenclaturas, el cálculo de las necesidades... Al día siguiente por la mañana, los nuevos encargos de materias, de piezas y de subcontratacion fueron imprimidos, preparados a la expedición hacia nuestros proveedores. »