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Una empresa ética se podría decir que cuenta, entre otros aspectos, con la visión de lograr altos niveles de satisfacción haciendo un uso eficiente de los recursos, sobre todo cuando estos son escasos. Pero la realidad es que en España el consumo de papel se incrementó el 2,8 % en 2014 y el 2,1 % en el primer trimestre de 2015. Y para regocijo de la industria papelera, el papel de oficina es el uso que crece más. En clave internacional, las naciones industrializadas, con el 20 % de la población mundial, dedican el 87 % del papel que consumen para escribir e imprimir. Consumen, decíamos, y derrochan recursos, ya que entre el 30-40% de los residuos sólidos urbanos generados en Europa son papel y cartón.

Definitivamente, los números hablan por sí solos. Y esa es la razón por la cual, como ciudadanos de la aldea global, tenemos la responsabilidad de actuar de una manera eficiente y sostenible, aptitud extrapolable a las empresas.
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