Los Mossos d'Esquadra han detenido a 12 personas en una operación que ha permitido desarticular una red que se dedicaba a robar por encargo maquinaria pesada en obras en carreteras, especialmente en Catalunya, para venderlas en Pakistán tras desmontarlas y transportarlas por vía marítima.


El inspector de la policía catalana Jordi Ollé ha informado que los detenidos están acusados de robar desde 2006 al menos 12 retroexcavadoras, motoniveladoras, cargadoras y otras grandes máquinas de obras en carreteras, con un valor de entre 200.000 y 300.000 euros y que vendían por encargo en Pakistán a cambio de 40.000 o 50.000 euros.

Los Mossos mantienen la investigación abierta porque aún falta por detener al contacto de la red en Pakistán --por lo que han puesto el caso en conocimiento de Interpol-- y porque tratan de determinar si el resto de maquinaria que el grupo envió a ese país -una veintena más de las que constan ya como robadas- también fueron sustraídas. De los 12 detenidos, entre los que hay siete paquistanís, dos españoles, dos marroquís y un indio, los cuatro cabecillas de la red ya han ingresado en prisión por orden judicial.

El grupo recibía el encargo concreto desde Pakistán de qué máquina querían. Cuando daban con su objetivo, se acercaban de noche, hacían el puente en el motor de la máquina y la conducían por carreteras secundarias a unas naves que habían alquilado previamente, donde las desmontaban. El material lo enviaban a través del puerto de Barcelona.

Obras paralizadas
Los Mossos empezaron a investigar al grupo el pasado año, al registrarse un aumento de las denuncias por robos de este tipo de maquinarias, que causan un gran perjuicio, ya que además del daño económico para la empresa las obras quedan paralizadas unos días hasta que no se puede reponer la máquina robada.

En un caso, aprovecharon que se disputaba el partido de ida de las semifinales de la Champions entre el Real Madrid y el FC Barcelona para conducir una enorme máquina robada por carreteras secundarias durante unos 130 kilómetros -entre Reus (Tarragona) y la nave alquilada en Palau d'Anglesola (Lleida)-, sin apenas ser vistos por nadie.

El inspector de los Mossos ha explicado que la red estaba perfectamente estructurada y que además de robar maquinaria pesada también se dedicaban al negocio de la compraventa de vehículos de segundo mano, de desguace de piezas y de chatarra, aunque no al robo de maquinaria agrícola.