La factura de la luz ha subido más de un 30% desde 2007, una barbaridad para los agónicos bolsillos de los españoles. La gasolina, la cesta de la compra, el IVA, etcétera. La vida sube en medio de una crisis que está a punto de cumplir los cuatro añitos de edad. Poner remedio a esta situación o, al menos aliviarla, está en nuestras manos. He aquí unos truquillos para intentar que la factura de la luz no nos quite el sueño:
1) Lo primero que debemos hacer es calcular la potencia que tenemos que poner en nuestra casa. Aunque suene complicado no lo es tanto. Para calcularla debemos sumar las potencias de los aparatos eléctricos que pueden llegar a funcionar simultáneamente. A esta suma debemos añadir un pequeño margen de garantía para que no salten los plomos cuando utilicemos la lavadora, el secador y el ordenador a la vez. Una vez conocida la potencia que necesitamos en casa, podemos acercarnos a las ofertas de las compañías que suelen ser múltiplos de 1.100 vatios y contratar la que sea inmediatamente superior a la suma que hemos realizado para nuestra casa. Hay que contratar una potencia personalizada. Es importante ser muy cuidadoso con la suma porque si contratamos de más o de menos y queremos modificar la potencia después nos costará una ‘sanción’ monetaria. Si no sabes cómo hacer esta operación, siempre puedes echarle un ojo a alguna página web especializada que puede guiarte en esta tarea. En ahorradores.net, por ejemplo, muestran qué potencia se debería contratar en una casa con un uso normal de los electrodomésticos. Si sueles usar a la vez la luz, el frigorífico, aspirador, la plancha, la lavadora, la televisión, el horno y pequeños electrodomésticos la potencia necesaria no suele ser más de 3.300 W, si además usas lavavajillas, vitrocerámica y secadora la potencia suele subir hasta los 5.500 W. Pero ten en cuenta que en raras ocasiones están todos los electrodomésticos encendidos a la vez.
2) Utiliza los comparadores online. En Internet hay bastantes páginas como tarifasdeluz.com que te ayuda a seleccionar la comercializadora que contratar para que tus facturas no te desbaraten el balance mensual.
3) Tarifa de bono social. Aunque parezca mentira, los consumidores también podemos sacarle partido a la liberalización del sector energético. ¿Cómo? El pasado uno de julio se abrió la veda para que cada comercializadora fijara sus propios precios, pero también se establecieron unas tarifas fijas (TUR) y la llamada tarifa de bono social, que está pensada para abaratar el gasto de los colectivos más afectados por la crisis como pensionistas, familias numerosas y desempleados.
4) Utiliza bombillas de bajo consumo. Sí, es cierto que son más caras pero esta inversión inicial se verá recompensada en los recibos siguientes. Y si no lo crees, echa un ojo a la web nadamasquelaverdad en la que hacen un estudio pormenorizado sobre el uso de estas bombillas. Aunque cuesten, de media, 5 euros cada una su vida es más prolongada que las convencionales. Según este análisis, el uso de las bombillas de bajo consumo hará que nos ahorremos, en diez años, unos 1.300 euros… ahí es nada.
5) Interruptor con monedas. Es curioso y no nos queda del todo claro si llegará a expandirse, pero de ser así, podría resultar muy útil para evitar consumos innecesarios en casa. Se trata de un interruptor corriente que funciona únicamente con monedas, así, cada vez que necesites encender la luz vas a tener que echar una monedita. Esta sencilla solución pone de manifiesto que este gesto conlleva un coste y que tener la luz encendida sin motivo también. Además, las monedas se quedan en casa, así que también sirve de hucha.
6) Apagar los dispositivos electrónicos, no dejarlos en ‘stand by’. Apagar la televisión desde el mando a distancia sólo la deja invernando, es decir, sigue consumiendo energía. Los aparatos eléctricos hay que apagarlos del todo, aunque cueste un poco levantarse del sofá para darle al botón.
7) Poner la lavadora con el agua fría y totalmente llena. Este sencillo gesto también recorta bastante nuestro gasto a final de mes. Y no sólo eso. También es recomendable apagar la vitrocerámica un ratito antes de que esté hecha la comida, pues con el calor que se ha concentrado se termina de cocinar esa sopita o el pucherito del mediodía.
8) Usar el microondas en lugar del horno. Aunque no lo creas, si utilizas el hermano pequeño del horno de toda la vida puedes ahorrarte hasta un 70%. El uso de la olla a presión también es una buena fórmula de ahorro.
9) Con la calefacción y el aire acondicionado hay que cerrar bien las ventanas y las puertas para que no se malgaste la energía.
10) En la cocina aleja el horno del frigorífico, pues el calor que desprende el primero obliga a la segunda a gastar más energía. Tampoco metas alimentos calientes en la nevera y mantén limpia la parte trasera del frigo porque la nevera gasta el 20% de electricidad del hogar.
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