Este restaurante decano de Tudela, tierra de huerta como no hay dos, sigue ofreciendo un clásico menú degustación de verduras que nadie debería pasar por alto si se acerca por aquellos lares. Una secuencia de la mejor verdura tudelana tratada con la máxima sobriedad para que no se pierda nada de su sabor, textura ni propiedades.
Ricardo Gil desgrana en cada plato un cántico a lo que la tierra nos da y nunca le agradecemos lo suficiente… Admirable resulta también el mimo con el que la familia de Ricardo atiende al huésped, llenos de amabilidad, simpatía y “pedagogía huertana” que sigue intacta después tantos lustros al frente de El 33.
También se agradece la confortabilidad y estética de la sala, con una pared entera dedicada a un enorme botellero con fantásticos caldos. ¡Una joya gastronómica a unos precios más que razonables, que el viajero no debe pasar por alto en Navarra!
Salu2
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